Se va la moza
sin despedirse de nadie,
enloqueciendo el camino
con sus meneos picantes.
Escriben los pajarillos
mil versos primaverales,
con sus plumas de colores,
en las páginas del aire.
Pero la moza está triste
porque se marcha del valle,
mientras se queda la tierra
¡llorando como una madre!...