“Siempre me ha gustado viajar, tengo el privilegio de poder hacerlo y me encanta traer las imágenes a Tarija que es la ciudad de mi infancia y en el que mi padre le gustaba viajar, de hecho tiene un libro que se llama el chapaco viajero y yo continué con la tradición familiar y cada vez que puedo, vengo a Tarija a traer exposiciones”, explica la fotógrafa freelance (independiente).
Sus primeras armas en el mundo de la fotografía las adquirió en Lima, Perú, luego continuó estudios en Francia para convertirse en una profesional en este arte desde hace unos 20 años. Cuenta que en principio realizaba fotografía artística en blanco y negro, pero es una técnica que se va perdiendo por lo que optó por la fotografía digital.
Asegura que su especialidad son los retratos y las que toma en los frecuentes viajes que realiza y las temáticas que le gusta abordar son las que tienen que ver con los inmigrantes, la mujer boliviana en el exterior, la parte humana de la gente del campo y la ciudad, el ser humano humilde pero rico en experiencias de vida como los campesinos arroceros de Vietnam ó la gente de la calle en la India, los niños, los adultos y la gente común.
Si bien vive en París, suele visitar Tarija para frecuentemente exponer sus trabajos. También lo hizo en la ciudad donde radica con una muestra sobre el Mercado Campesino, que para Morales es “una fuente inagotable de seres humanos, de experiencia, de personas, las mujeres que venden y los chicos a su alrededor”.